Ha sido uno de los desastres naturales más mortíferos de la historia, el cual transformó una ciudad entera en una isla. Se estima que causó la muerte de entre 250 mil a un millón de personas.
La tragedia ocurrió en la parte central del país asiático, donde se encuentran ubicados los ríos Yangtze, Amarillo y el Huai, rodeados de una gran cordillera montañosa, la cual por ese tiempo sufrió uno de los peores inviernos que se hayan registrado, lo que ocasionó que las montañas se mantuvieran congeladas durante buena parte de la primavera.
La causa principal de las inundaciones fue la excesiva deforestación causada por la creación de comunidades que llegaron a vivir en la zona, los cuales transformaron el ecosistema fluvial y provocaron inundaciones que con el paso del tiempo se fueron haciendo más destructivas.
El invierno de 1930 provocó grandes montículos de nieve y hielo en las cuencas superiores de los ríos que se derritieron en la primavera, lo que combinado con fuertes lluvias provocó el crecimiento anormal de los ríos.
A la llegada del verano, la región fue azotada por un monzón que arrojó en un solo mes una precipitación equivalente al promedio anual. En agosto los tres grandes ríos se desbordaron y dejaron a la región bajo el agua. Se calcula que durante la primera etapa de la inundación perdieron la vida cerca de 150 mil personas.
Las inundaciones arrasaron con las cosechas y los almacenes de granos. En muchos lugares de la zona, el agua permaneció hasta bien entrado el otoño, por lo que no se pudo cultivar durante el resto del año. Esto generó que los sobrevivientes enfrentaran una severa crisis de supervivencia debido a la hambruna.
La situación se complicó por la aparición de enfermedades provocadas por la falta de sistemas de saneamiento, los cuales quedaron completamente destruidos con la inundación. La tifoidea y el cólera se extendieron a través del agua contaminada. La malaria fue transmitida por los mosquitos y se estima que mató a 300 mil personas.
Las inundaciones del río Amarillo es considerada la catástrofe más mortífera de la historia, dejó como resultado la perdida directa de cientos de miles de vidas y la perdida indirecta de alrededor de tres millones de personas.